Claves de autoconocimiento para el desarrollo personal y profesional

Currículums al Vacío: Porque Ignorar a Quien se Postula es Falta de Respeto

abril 11, 2025 | by jtroncosomonroy@gmail.com

Portada_Artículo_blog

Introducción

Es posible que más de algún postulante haya intuido del silencio de la empresa seleccionadora: «Gracias por postular, pero tu alma no encaja en nuestro algoritmo», tal vez porque Vivimos en una era donde el “engagement” es más importante que la ética, y la promesa de atraer talento se ha convertido en una versión disfrazada del Gran Hermano laboral.

¿Recibiste un “gracias por postular”? ¿No? Tranquilo, no fuiste tú. Fue el sistema. Ese sistema que presume de procesos “humanizados”, pero que trata a las personas como números que no respondieron bien en la encuesta de LinkedIn.



El perfil perfecto no existe… pero sí los contactos bien ubicados

Siguiendo a Byung-Chul Han y a otros autores que suelo citar en este blog, me reitero al señalar que vivimos en tiempos donde la autoexplotación se disfraza de entusiasmo y la vulnerabilidad se edita con filtros motivacionales. Una época donde el vacío emocional se vuelve elegante, y las personas (como todo lo demás) se consumen, se desechan y se reemplazan.

Las empresas claman por “talento disruptivo”, pero sólo si no incomoda. Buscan innovación, pero dentro de los límites del PowerPoint corporativo. Aplauden la autenticidad, siempre que venga con sonrisa estándar, emocionalmente correcta y bien presentada.

Así, los procesos de selección se transforman en rituales silenciosos de exclusión, donde se valora más el encaje dócil que la aportación valiente. Donde se prefiere al que no cuestiona, no duda, no se cansa. Al que cabe perfecto… en la celda del Excel o la I.A. que venga reemplazarle.

Y lo más irónico: se nos exhorta a “ser uno mismo”, pero solo si uno mismo no estorba al algoritmo.

Ejercicio de Coaching con PNL. “Reescribiendo mi valor: Del rechazo al reconocimiento”

Como es habitual en mis publicaciones, no me interesa quedarme solo en la crítica o en la queja. Prefiero transformar la incomodidad en conciencia y la reflexión en acción. Por eso, comparto a continuación un ejercicio de Coaching con PNL que puede ayudarte a reinterpretar tu experiencia y recuperar el valor que quizás otros no supieron ver, pero que sigue estando ahí: en ti.

Reescribiendo mi valor: Del rechazo al reconocimiento para quienes alguna vez sintieron que no eran suficientes… cuando en realidad eran demasiado valiosos.

Paso 1: El momento que duele

Recuerda una experiencia donde postulaste con ilusión y no recibiste ninguna respuesta.
Respira profundo. Permítete sentir esa decepción sin juicio.

  • Qué expectativas tenías?
  • ¿Qué parte de ti sentiste que no fue vista ni valorada?
  • Qué mensaje inconsciente te diste en ese momento?


Paso 2: Cambia la lente, cambia el guion

Ahora, desde tu yo actual, más sabio y despierto, responde:

  • ¿Realmente no encajé… o simplemente no era el lugar que merecía mi energía?
  • ¿Qué tipo de entorno sí está alineado con lo que valoro y ofrezco?
  • ¿Qué aprendí sobre mi resiliencia y dignidad a partir de ese silencio?


Escribe una nueva interpretación de esa experiencia. Una que honre tu valor, tu autenticidad y tu camino.


Paso 3: Ancla de Poder

Cierra el ejercicio con una afirmación que te devuelva al centro y te recuerde que no estás aquí para encajar, sino para aportar.


“Mi valor no se mide por respuestas que nunca llegaron. Se mide por la coherencia con la que sigo eligiéndome.”


Repite esta frase cada vez que la duda, la rabia o la frustración te susurren que no eres suficiente.

Conclusión

Responder a un currículum no debería ser un acto heroico. Debería ser un mínimo gesto de respeto y humanidad. Pero en esta sociedad que vive anestesiada por la inmediatez y vacía de vínculos reales, la empatía ya no cotiza tan alto. Tal vez por eso, hoy más que nunca, es urgente reivindicar la autenticidad, la voz crítica, la pausa consciente y el respeto mutuo. Porque detrás de cada CV hay una historia. Y detrás de cada silencio, una oportunidad perdida de construir un vínculo más humano.

Así que si tú, lector, alguna vez sentiste que no te veían… permíteme decirlo claro: «No eres invisible. Estás despertando en un mundo que aún no sabe cómo mirarte».

RELATED POSTS

View all

view all
Follow by Email
LinkedIn
Share
Instagram
WhatsApp